LEZAMA LIMA, JOSÉ: EL RINOCERONTE ASMATICO CON ALMA DE COLIBRI
José Lezama Lima:
EL RINOCERONTE ASMATICO CON ALMA DE
COLIBRI
Julio Cortázar, el fotógrafo Chinolope y José Lezama Lima en La Habana en
1963.
Lezama es una de las figuras más
prodigiosas de nuestra literatura contemporánea,
y estoy hablando mucho más que de
América Latina: del mundo".
Julio Cortázar, Clases de
Literatura.
Hasta el momento de la clase de Cortázar, solo había leído Oppiano
Licario, su obra póstuma (e inconclusa) que sigue
el camino iniciado con Paradiso, una obra desmesurada, sin
antecedentes en la cultura y que ofrecía una visión de mundo que era a la vez
una estética y una comprensión de la cultura (y de las culturas). De su obra en
verso, solo he leído la selección de Goytisolo. Refiriéndose a Dador, incluido
en el volumen, el poema más extenso de Lezama, el crítico argentino Saúl
Yurkievich habla de "sala de baile, escaparate mágico, ópera
fabulosa". En algunos momentos, la lectura de Lezama Lima
resulta un ejercicio abrumador. Cortázar, su amigo, habla de la "inmensa
sabiduría" del cubano, eso sí "sabiduría ingenua".
De izq. a
der: Cintio Vitier, Fina García Marruz, Ángel Gaztelu, Lezama Lima, Tangui
y Julián
Orbón, Bella García Marruz y Eliseo Diego
Al fin llegó el esperado,
se abrieron las puertas de la casa
y de nuevo se encendieron las luces.
- El esperado
Lezama Lima fue el alma de Orígenes, Revista
de Arte y Literatura, que codirigió con José Rodríguez Feo entre 1944 y
1956. Formaban parte del grupo: Fina García
Marruz, su esposo Cintio Vitier, su cuñado Eliseo Diego
-casado con su hermana Bella García Marruz-, y sus amigos Gastón
Baquero, Lorenzo García Vega, Ángel Gaztelu, Julián Orbón,
Agustín Pi, Virgilio Piñera, Justo Rodríguez Santos y Octavio
Smith, entre otros creadores. Un colectivo que, en muchas cosas, recuerda a
aquel grupo de genios que reunía en torno a Gertrude Stein en el Paris
de entreguerras (James Joyce, Ezra Pound, Pablo Picasso, Henri
Matisse, Truman Capote, Ernest Hemingway, T.S. Eliot,).
Tanto como eso.
Joseíto y Pete Seeger
El grupo tuvo incluso su propia banda sonora. Fue alrededor de 1958 cuando Julián
Orbón adapta los Versos Sencillos de José Martí a la melodía de La Guantanamera, canción compuesta en los años treinta por el músico popular Joseíto Fernández (cuya composición original no incluía los versos de Martí). Según relata Cintio Vitier en su libro "Lo cubano en la
poesía": «[Era una] experiencia inolvidable oír a Orbón cantar los
versos de Martí con la música de “La guantanamera”». En 1961, el
guitarrista Leo Brower ―nieto de la compositora y pianista cubana Ernestina Lecuona (hermana mayor del compositor Ernesto Lecuona)― cantó La guantanamera con los versos de Martí y la canción, con versos del poeta, comienza a ganar
popularidad en toda la isla. Según el periodista López Nussa, en la revista Bohemia
del 30 de diciembre de 1983, Pete Seeger, el cantante de folk estadounidense, visitó un campamento de verano para niños en 1962, donde
estos le pidieron que tocara una canción que había traído uno de sus
instructores. Se trataba de Héctor Angulo, el cual había estudiado con Orbón y conocía la
versión con los versos de Martí. Seeger y Angulo quedaron
reflejados como coautores de la canción, y Seeger, la popularizó en más
de 35 países. Joseíto, quien había inscrito la «Guantanamera» en 1944,
reclamó los derechos de autor y Seeger viajó a La Habana en 1971,
llegando a un acuerdo. Según este relato, Joseíto hizo famosa la canción
y el estribillo en el programa de radio, Julián Orbón le ajustó los Versos
sencillos, y su estudiante la llevó a Nueva York, donde Seeger la internacionalizó. Me he extendido con Orbón
porque, ¡hombre!, nació en la misma calle en la que yo lo hice, y fue bautizado
en la misma iglesia que yo.
Barakaldo a principios del siglo XX
¿Cuáles son las raíces de Lezama Lima? Yo diría que, sobre todo, Cuba, pero
¿sólo Cuba? Él reclamó siempre sus ancestros vascos. En una carta a José
Luis Merino, recordaba que su abuelo era de Bilbao: "Mi abuelo,
don José María Lezama y Tapia, como usted recuerda en su nota, era de Bilbao,
así que los que creemos en lo invisible, lo hemos visto entrar en esa
exposición y releer con ánimo complacido las páginas en las paredes de su nieto
habanero. Sobresaltada visita llevada a cabo con toda la gravedad bilbaína, que
coloca vértebras de gran armario en toda nobleza del aventurarse más allá del
hollín de lo intermedio y aflojado". José Luis y nuestro
escritor no sabían que el abuelo no era de Bilbao, sino de Barakaldo. Se fue a
Cuba y, en 1880, se casó en La Habana con una joven de Mantua, Pinar del Rio, Eloísa
Rodda (quince años menor). Fueron padres de cuatro hijos. El mayor, José,
se casó con Rosa Lima, y fue padre de Rosa María y de José
Lezama Lima.
De izquierda
a derecha de pie: Roberto Fernández Retamar, Lorenzo García Vega, Mario
Pajarón, Carlos M. Ruiz, Cleva Solís, Fina García Marruz, Octavio Smith y
Cintio Vitier. Sentados: José Lezama, la responsable del programa de la CMQ y
Ángel Gaztelu.
Joseba
Sarrionaindia ha buscado (y ha encontrado) las alusiones de Lezama
Lima a sus ancestros vascos (las recoge en El roble y la ceiba o en Bizitza
ez al da oso arriskutsua). Por ejemplo, cita la dedicatoria de Paraíso
a su amigo Julio Cortázar: "Entre usted y yo hay un cariño muy grande, si
habernos casi tratado, a veces lo atribuyo al común ancestro vasco, ..." A
Sarrionancia le llama la atención la "original teoría (de Lezama) sobre el
vínculo entre los ancestros vascos y el lenguaje literario":
"Pero
quisiera subrayar más otro tipo de observación -explica Lezama en un diálogo sobre Rayuela-.
Tanto Borges como Cortázar son de raíz vasca. Esto es muy importante para
determinar ciertas maneras de su lenguaje, de sus recursos verbales. Es decir,
en el vasco -no olviden el caso de Unamuno, por ejemplo- parece siempre que hay
como otro idioma en su interior, un idioma que no es el que toma sus canales y
logra acercarse. El vasco siempre parece que tiene un idioma ancestral en la
lejanía, un idioma madre..."
Seguramente que bueno de Lezama no había leído la entrevista que el poeta
Rodolfo Braceli hizo a Jorge Luis Borges (que, por cierto, no hace más que
confirmar mi opinión del personaje: cosa diferente es el escritor).
—Braceli,
Rodolfo Braceli.
—Italiano...
del país del Dante.
—No, soy
argentino, y aunque por mi apellido parezca descendiente de italianos desciendo
de españoles. Mi padre nació en Valencia, en Alicante. Por rama materna vengo
de vascos, mi madre se apellida Zarategui.
—¿Vasco? Yo
no entiendo cómo alguien puede sentirse orgulloso de ser vasco... Los vascos me
parecen más inservibles que los negros, y fíjese que los negros no han servido
para otra cosa que para ser esclavos... Se habla de la voluntad vasca, de la
terquedad vasca... ¿y para qué les ha servido? Nada más que para ser españoles
o franceses. Han producido unos pintores execrables y un escritor insoportable
como Unamuno. Lo demás que han producido son buenos pelotaris... Mire, yo tengo
sangre vasca también; varios apellidos me delatan ese origen. Sin embargo,
pienso que los vascos no han hecho nada, nada; son sólo notables por ser uno de
los países más estériles del mundo.
—Qué voy
a hacerle, Borges, me gusta decir que vengo de vascos.
—Realmente, no me explico por qué la gente
siente tanto orgullo por ser vasco... Ya le dije, yo también tengo esa sangre,
pero cuando enumero mis orígenes soy muy cuidadoso en olvidarme de los
vascos... Ahora, Valencia es otra cosa... Mire, recuerdo algo que anoté en uno
de mis cuentos: los vascos no han hecho otra cosa en la historia que ordeñar
vacas, se han pasado los siglos ordeñando.
—¿Cuánto
hace que no lee, o no le leen, a un escritor vasco?
—El último
fue el insoportable Unamuno; ese hombre absurdamente aspiraba a seguir
viviendo, perseguía la inmortalidad.
—Entonces, no sé, discúlpeme, pero me
parece que está hablando sin muchos fundamentos.
—Caramba,
otra vez usted me quiere pelear... ¿Seguro que aparte de periodista no es
abogado?
Borges en
Rodolfo Braceli: Escritores descalzos, Madrid, Clave Intelectual, 2012, p. 175
Ángel Gaztelu
Oigo hablar a un pájaro moteado:
cuacuá.
- Oigo hablar
Aunque,
pensándolo bien, Lezama Lima no habría hecho demasiado caso a la boutade de
Borges. Además, cerca de él estuvo el navarro Ángel Gaztelu, nacido en Puente
la Reina-Gares, llegó a Cuba en 1927 y se ordenó sacerdote en 1938, vinculado a
Lezama por la vocación poética y la filiación religiosa, su poesía conserva la
serenidad clásica, al tiempo que revela un alto grado de sensibilidad por la
naturaleza y la comunicación con la divinidad. Colaboró en las revistas
fundadas por Lezama. Publicó Poemas (1940) y Gradual de laudes
(1955). Gaztelu, por cierto, fue, junto a sus hermanas, miembro de la Asociación
Vasco-Navarra de Beneficencia de La Habana.
He vuelto a
leer las dos novelas de José Lezama Lima: Paradiso y Oppiano Licario y una
selección de su poesía, Posible imagen, a cargo de José Agustín
Goytisolo. Ahora, con otros ojos, y haciendo caso a quienes más saben de
esto. Paradiso fue la única novela publicada en vida por José Lezama. El
hilo argumental, la infancia y juventud de José Cemí, tiene una evidente
raíz autobiográfica y sirve de base para la construcción de un mundo poético en
el que la realidad, el mito y la fantasía logran, bajo el denominador común de
una asombrosa erudición, un perfecto entramado cuya unidad refuerza un
magistral dominio de la lengua. Esta obra compleja, oceánica y barroca
representa la suma de una lenta labor de elaboración que se prolongó a lo largo
de gran parte de su vida, hasta entonces conocido únicamente por su excepcional
talento como poeta y ensayista. La aparición en 1966 de Paradiso suscitó
la entusiasta y admirativa respuesta de un selecto grupo de críticos y
escritores. Cortázar valoró Paradiso como "una ceremonia, algo que
preexiste a toda lectura con fines y modos literarios... Una obra así no se
lee; se la consulta, se avanza por ella línea a línea, jugo a jugo, es una
participación intelectual y sensible tan tensa y vehemente como la que desde
esas líneas y esos jugos nos busca y nos revela".
El argumento de Oppiano Licario, obra oceánica y barroca, de clara
raíz autobiográfica, gira en torno a la infancia y juventud de José Cemí, y en
ella el autor construye un mundo poético en el que la realidad, el mito y la
fantasía tejen un perfecto entramado cuya unidad refuerza un magistral dominio
del idioma. Oppiano Licario es la secuela magistral de Paradiso;
aquí los sueños se hacen realidad y los protagonistas ya conocidos –Cemí,
Foción, Fronesis, Oppiano e Ynaca Eco Licario– cabalgan sus
destinos, sus aventuras. Un mundo entero estalla como una feria, como un
banquete platónico, como un carnaval en que las letras dejan los ayunos de la
verosimilitud y la lógica. Con Oppiano Licario se cierra el díptico, el biombo
más extraordinario que haya emprendido la lengua castellana.
Posible
imagen es una selección de su obra en verso de ya publicada de la que se
encargó José Agustín Goytisolo. Así aparecen poemas de Muerte de Narciso
(1937), Enemigo rumor (1941), Aventuras sigilosas (1945), La
fijeza (1949) o Dador (1960). También incluye algunos inéditos o no
publicados en libro. Goytisolo advierte en la introducción que “los poemas
que integra la selección que sigue indican mi particular preferencia por uno de
los aspectos más discutidos de Lezama; me refiero a in ‘inocultable
hermetismo’ como ha llamado un al maravilloso y actualísimo barroco, al
neoculturalismo de raíz hondamente religiosa y mítica de su expresión poética. Es
este aspecto en donde destaca Lezama con más personalidad. Lezama es un mago
-la magia aparece siempre en el trasfondo de sus escritos-, un gran mago o
santero que elabora raros filtros, que maneja el verso con un ritmo que
envuelve un pensamiento imprevisible, que sorprende con citas y referencias
cultas, metáforas y símbolos casi incomprensibles, que propone y desafía como
la esfinge a que se descifre el eterno enigma: el de la creación poética y,
mediante éste, el de la salvación, el de la pervivencia”.
El título de esta entrada está tomado
de El roble y la ceiba, de Cecilia Arrozarena.
Referencias
-
Saúl Yurkievich, A través de la trama. Sobre
vanguardias literarias y otras concomitancias, Barcelona (1984): Muchnik.
-
Julio Cortázar, Clases de literatura, Barcelona
(2019): De Bolsillo.
-
Cecilia Arrozarena, El roble y la ceiba. Historia
de los vascos en Cuba, Tafalla (2003): Txalaparta.
-
Joseba Sarrionandia, Bizitzea ez al da oso
arriskutsua, Arre (2018): Pamiela.
Obra propia
-
Paradiso, Madrid (1982): Fundamentos.
-
Opiano Licario, Barcelona (1985): Bruguera.
-
Posible imagen, Barcelona (1972): Llibres de Sinera.
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