HESSE, HERMAN



 


"Siddharta, el agraciado hijo del brahman, el joven halcón, creció junto a su amigo Govinda al lado de la sombra de la casa, con el sol de la orilla del río, junto a las barcas, en lo umbrío de bosque de sauces y de higueras. El sol bronceaba sus hombres brillantes al borde del río, en el baño, en las abluciones sagradas, en los sacrificios religiosos".

Leí Siddharta arrastrado por la moda. La obra publicada por Herman Hesse en 1922 se había convertido en el libro de cabecera de los universitarios norteamericanos y de los "hippies californianos" defensores, entre otras muchas cosas, del amor libre o de la difusión de budismo en Occidente. También eran los días del pacifismo y de la oposición a la guerra de Vietnam. Tiempos de los "Hare Krishna", de My sweet lord, de Ravi Shankar, del Maharishi Mahesh Yogi y su meditación trascendental... Las ediciones se agotaban una tras otra. Yo compré la mía en la Librería Universitaria de Pamplona, "Avenida del general Franco, 8" (solo "general"). Como recordaba Mark Kurlansky, Hesse "disfrutaba de una popularidad entre los jóvenes como no la había tenido la mayor parte de su vida". La primera lectura de Siddharta fue un simple requisito social ineludible. Luego, he leído El lobo estepario (Steppewolf) que me pareció mucho más sólida. Por cierto, en 1967, un grupo de rock adoptó el nombre  Steppenwolf. Su canción  más conocida, Born to be wild tenía una filosofía similar a la del héroe de la novela de Hesse.






La biografías que circulan por las redes se refieren a Hermann Hesse como el "novelista alemán cuya obra indagó en temas como la búsqueda de la autorrealización y la espiritualidad". Algunos afirman que su relevancia es comparable a la de Alfred Dóbin y Thomas Man.  Hermann supo desde pequeño que quería ser escritor, pero sus padres no estaban de acuerdo. Su deseo era que Hesse fuese religioso, como lo eran ellos. Su padre trabajó como misionero en India antes de que él naciera, y su madre era hija de un misionero. El 2 de julio de 1877 trajo al mundo a Hermann en Calw, en las cercanías de Stuttgart. Hesse creció en un hogar muy devoto. Sus padres lo enviaron en 1891 al seminario del convento protestante de Maulbronn, del cual se escapó después de unos meses porque no podía soportar la educación religiosa. Tras su fuga se empleó como librero y, poco a poco, comenzó a publicar poesías y relatos, instalándose en Suiza. Desde los días de la Gran Guerra, manifestó su pacifismo lo que le hizo perder no pocos amigos. La toma del poder por parte de los nazis en Alemania fue motivo de rechazo y preocupación para Hermann Hesse. Durante el transcurso de la guerra, Hesse apoyó a los refugiados alemanes del régimen nazi, como Thomas Mann o Berthold Brecht, ofreciéndoles asilo. Y fue también durante la Segunda Guerra Mundial que creó su última gran obra, “El juego de abalorios”, a la que debe, en parte, el Premio Nobel de Literatura, que le fue otorgado en 1946 por “la inspiración de su obra poética, que en su desarrollo audaz y profundo representa ideales del humanismo clásico, así como del gran arte del estilo”, según argumentó el jurado. Después del fin de la Segunda Guerra Mundial, se leyó mucho a Hesse en una Alemania que reflexionaba y buscaba nueva orientación.



Pero, volvamos a Siddharta. El nombre significa «aquel que alcanzó sus objetivos» o «todo deseo ha sido satisfecho».​ El nombre del Budha, antes de su renunciación, era el Príncipe Siddhartha Gautama, luego el Buda Gautama. La novela presenta un registro muy original en el que se unifican elementos líricos y épicos, incluyendo narración y meditación elevación de la más alta espiritualidad, y, al mismo tiempo, descarnada sensualidad. Relata la búsqueda que realiza Siddhartha para alcanzar la sabiduría; constantemente en la novela se incide en la búsqueda de esta sabiduría como la Unidad. La novela de Hermann Hesse se encuentra redactada en tercera persona y nos muestra, introspectivamente, sus sentimientos a través de las diversas experiencias que forman su vida, hasta el momento en el que conoce a su maestro final que lo llevará a la perfección tan anhelada. La novela está inspirada en alguna medida en la vida y experiencias de Buda, pero no se trata de la misma historia.






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