AMADO, Jorge





He estados pocas veces en Brasil y lo que he visto me ha producido sensaciones contradictorias: Sao Paulo, cero grados. He intentado buscar explicaciones para Rio. La encuentras sin problemas en, por ejemplo, en excelente libro-reportaje de Ruy Castro, Rio de Janeiro, Carnaval de fuego. Aunque el relato es fantástico. Lo complicado llegar a donde Castro dice que se encuentra lo bueno. Cosa diferente es la música carioca: Antonio Carlos Jobin, Vinicius de Moraes, Sergio Mendes, Chico Buarque … La cosa comienza a cambiar a medida que siguen la línea de costa hacia el norte: Bahía, Recife, … Detengámonos en Bahía y sus alrededores: Salvador, Ilheus, ...


Danza ritual

Un buen día, en mi veintena, leí Mar Muerto, de Jorge Amado. Fue todo un descubrimiento. Trataba de la vida de los pescadores en la ciudad de Salvador de Bahía. Se describen tradiciones religiosas del candomble, la adoración a la diosa del mar (Yemanjá), que vigila los pescadores. Amado muestra en su obra el trabajo de los hombres de la mar, cómo remiendan las redes, sus idas al mar y la preocupación de sus esposas, madres e hijos con respecto al retorno de ellos a sus hogares. El mar es muchas veces peligroso y, en ocasiones,  Yemanjá se lleva a los hombres para siempre y nunca más vuelven a casa. La descripción de las tormentas en alta mar tiene tal riqueza de detalles, que uno llega a sentir la sensación verdadera del agua salpicando el rostro, el viento soplando, la descripción de las arenas, de las "saveiros" o pequeñas embarcaciones y barcos grandes, entrando a la Bahía de Todos los Santos. Luego, siguieron mis lecturas de Tereza Batista cansada de guerra, Gabriela clavo y canela o Los viejos marineros. Muchas de sus historias han sido llevadas al cine: “Doña Flor y sus dos maridos” (1976), “Tenda dos milagros” (1977) Gabriela (1983), Jubiabá (1986), Tieta do Agreste (1996), que estuvo en el Festival de Cine de San Sebastián…

Mujeres baianas

Gracias a Jorge Amado descubrí otro Brasil, el que, como decía, comienza al norte de Rio: el Brasil “africano” que sería Bahía. Por supuesto, Pernanbuco es el Brasil holandés, pera esta es otra historia. Jorge Amado ha retratado de tal forma Bahía que, hoy, quizá por su culpa, los bahianos mantienen mucha de esa cultura, a pesar de la invasión turística y del llamado “progreso”. Ni que decir tiene que Bahía también tiene su banda sonora: la ponen Joao Gilberto, Caetano Veloso, María Bethania, Gilberto Gil, Mariene de Castro, Novos Baianos, …



El crítico Héctor Gómez Navarro señala que, “en la narrativa de Amado, se advierte una evolución en la percepción del escritor respecto a las tradiciones religiosas del pueblo afrobrasileño. Amado, de etnia y cultura europeas, acepta en un primer momento la cosmovisión desacralizada y racionalista propia de Occidente, añadiendo el materialismo marxista. Conforme avanza su escritura y se afianza el contacto con e-l pueblo afrobrasileño, inicia un proceso de cambio en sus supuestos que desemboca en la aceptación de la cosmovisión mestiza candomblé. Esta progresión, nos permite reflexionar acerca de dos temas de gran importancia: el mestizaje intelectual y cultural y la toma de conciencia de la especificidad de la identidad latinoamericana”.



Jorge Amado nació en Pirangi, Bahía, el 10 de agosto de 1912. Vino al mundo en la Hacienda Auricídia, en la ciudad de Itabuna, una plantación de cacao ubicada al sur del estado de Bahía. Hijo del dueño de la hacienda, cuando tenía un año de edad, su familia se estableció en la ciudad de Ilhéus, litoral de Bahía, donde Jorge pasó su infancia. Él mismo confesaba que su abuela materna era india y su bisabuelo negro, por lo que decía sentirse más negro que latino. Estudió con los jesuitas en la ciudad de Salvador. Se graduó en la Facultad Nacional de Derecho de Río de Janeiro. En este periodo, comenzó a trabajar en periódicos y a participar de la vida literaria, siendo uno de los fundadores de la llamada Academia de los Rebeldes. Publicó su primera novela a los dieciocho años: El País del Carnaval. Dos años después se casó con Matilde Garcia Rosa, y tuvo una hija, Lila, que nació en 1933. En este año, publicó su segunda novela, Cacao. En el año 1945, fue electo miembro de la Asamblea Nacional Constituyente, por el Partido Comunista Brasileño (PCB). Como diputado, fue el autor de la ley que asegura la libertad de culto religioso. En este mismo año, se casó con la también escritora Zélia Gattai. En 1947 nació su primer hijo con Zélia pero las dificultades de nuevo aparecieron ya que el Partido Comunista fue declarado ilegal y tuvieron que exiliarse de nuevo a Francia, donde se quedó hasta el año 1950, cuando fue expulsado. Su primera hija, Lila, murió en 1949. Desde 1950 hasta 1952, Amado residió en Checoslovaquia, donde nació su hija Paloma. La obra de Amado en este periodo está clasificada como “realismo socialista”. Comencé a leer Cacao…Menos mal que el intento llegó después de haber leído sus obras de la “segunda etapa”, la del regreso.


Amado en  Pelourinho

Al volver a Brasil en 1955, Jorge Amado se distanció de la militancia política, pero sin dejar el Partido Comunista. Se dedicó, desde entonces, íntegramente a la literatura. Fue elegido miembro de la Academia Brasileña de Letras y Doctor Honoris Causa por diversas universidades. También recibió el título de Obá de Xangô en la religión Candomblé. En 1987, fue inaugurada en el Largo do Pelourinho, ubicado en la ciudad de Salvador, Bahía, la Fundación Casa de Jorge Amado.  Jorge Amado murió en la ciudad de Salvador el 6 de agosto de 2001.

La actriz Sonia Braga con Jorge Amado

Estoy releyendo Tereza Batista, que es mi favorita. En algunos momentos, mientras paso las páginas, escucho algún dueto de Caetano Veloso y su hermana María Bethania y “liquido” una copa de cachaça aneja. Si tienes suerte y en el lugar, puedes conseguir una buena cachaça casera. Tereza es una mujer deslumbrante. Prostituta a la que vendieron cuando tenía 13años, estrella del cabaret Paris Alegra -por cierto, no existe ningún cabaret con ese nombre en Bahia, y los que hay, son más bien deprimentes-  rebelde, obstinada, dulce… Alrededor de ella, todo un universo de personajes y anécdotas que, lejos de enmarañarla, iluminan la historia. La hacen más entretenida.

 

 

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